El partido Podemos ha convertido el control (hasta el absurdo) de las puertas giratorias en lema central de su campaña. Su objetivo es debilitar al PSOE que tiene numerosos casos, máxime cuando ha gobernado tantos años. Parece que son los únicos que lo han propuesto. El día 24 de abril de 2014 comparecí ante la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados como experto en relación con el proyecto de Ley reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado (hoy Ley 3/2015). En aquella comparecencia expuse mis opiniones a favor de ciertos cambios a realizar en el proyecto para que se mejorase el control del paso de los altos cargos de lo público a lo privado y viceversa. Mi sorpresa fue cuando tanto la representante del PSOE como el del PP tacharon mis propuestas de equivocadas porque condenarían a los altos cargos a la "muerte civil". Términos textuales. Sobra decir que no se atendieron mis sugerencias. Ahora veo que uno calla, tal vez por otras razones, y la otra postula propuestas aún más radicales de las que yo había sostenido. La política es inescrutable. Tiene estos golpes de oportunismo que deja sorprendidos a los ciudadanos.
En este blog he publicado dos entradas sobre esta cuestión (también publicados como artículos en Expansión) y, además, se puede encontrar el enlace al vídeo de mi intervención en el Congreso.
Puertas giratorias
¿La muerte civil de los altos cargos?
Comparecencia en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados
Moraleja, los políticos, al menos, algunos políticos, no actúan guiados por el sentido común, la lógica o la razón. Sólo por su interés privado (oculto, en algún caso) y por el público de ganar un voto. La coherencia no es una exigencia. Aún menos, como la que nos imponemos a los demás.
En este blog he publicado dos entradas sobre esta cuestión (también publicados como artículos en Expansión) y, además, se puede encontrar el enlace al vídeo de mi intervención en el Congreso.
Puertas giratorias
¿La muerte civil de los altos cargos?
Comparecencia en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados
Moraleja, los políticos, al menos, algunos políticos, no actúan guiados por el sentido común, la lógica o la razón. Sólo por su interés privado (oculto, en algún caso) y por el público de ganar un voto. La coherencia no es una exigencia. Aún menos, como la que nos imponemos a los demás.
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