La Comisión Europea dedica, en el Documento de trabajo "Informe sobre España 2016, con un examen exhaustivo relativo a la prevención y corrección de los desequilibrios presupuestarios" de 26 de febrero de 2016, al que ya me he referido en otra entrada de este blog, un epígrafe a la contratación pública, no precisamente, en términos elogiosos, al contrario, muy críticos. No puede dejarse de señalar que estas críticas apuntan en una dirección: la corrupción. Los aspectos críticos que señala son los siguientes:
(1) Un nivel relativamente bajo de publicación de anuncios de contratos. En 2014, representaron el 1,8 % del PIB, frente al4,4 % en la UE, lo que sitúa a España en la posición n.º 23 de veintiocho países.La conclusión es muy crítica. Afecta a todos los ámbitos de la contratación, desde la preparación, la adjudicación y la ejecución, así como el control. Es inevitable, como hace la misma Comisión, asociar estas deficiencias con la corrupción. El que esté tan extendido en todos los niveles de la Administración alimenta esta asociación. El uso partitocrático de los "defectos, errores e ineficiencias" de la contratación al servicio de la corrupción.
(2) Un uso relativamente elevado del procedimiento negociado sin publicación previa (10 % de todos los anuncios de adjudicación frente a un 5 % en el EEE, puesto n.º 22 de treinta y un países). Ello conlleva la falta de competencia con empresas de otros países de la UE y, a menudo, adjudicaciones directas, lo que tiene onerosas consecuencias para el presupuesto público.
(3) Un uso sistemático de modificaciones en los contratos, la división de contratos en otros más pequeños, un uso excesivo de los procedimientos de urgencia, una justificación insuficiente de algunas de las decisiones adoptadas por las autoridades responsables de la contratación pública durante el ciclo de contratación (es decir, el diseño, la licitación y la ejecución), así como documentos de licitación y decisiones administrativas a menudo confusos.
(4) La falta de una política de contratación pública coherente a todos los niveles de Gobierno y una deficiente coordinación entre estos niveles.
(5) La insuficiencia de los mecanismos de control complica la aplicación de las normas de contratación pública y puede crear oportunidades para la corrupción.
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