Robert J. Shiller, el famoso profesor de la Universidad de Yale, autor de numerosos libros y, en particular, sobre la presente crisis financiera, nos ofrece en este artículo una propuesta, aquilatada en el seno de un grupo de reflexión integrado por profesores norteamericanos, para reducir el conflicto de intereses entre los gestores de las entidades financieras y los riesgos a largo plazo de dicha entidades. Estas se han convertido en tomadoras compulsivas de riesgos precisamente porque el incremento del valor bursátil de la compañía está asociado al incrementos salariales, además, notables (stock options). La propuesta es un sistema de retención de una parte del salario (no se dice el porcentaje) que sólo se abonaría pasado un tiempo y siempre y cuando la compañía no hubiese entrado en pérdidas. Este incentivo permitiría que los gestores también asumiesen la importancia a largo plazo de los riesgos contraídos. Ahora bien, el diablo está en los detalles. El cuánto y el cuándo es crítico en este sistema. Si la cantidad retenida es pequeña, así como limitada la duración de la retención, el sistema no funcionaría. Ahora bien, el principio es interesante porque responde a un objetivo que todos entendemos perfectamente: los gestores tienen que compartir con las entidades las consecuencias negativas de su gestión irresponsable, en lugar de trasladar estas consecuencias, por la vía de la consideración como entidad sistémica, al conjunto de la sociedad. Esta es un espectador de las riquezas y un sufridor de las penalidades derivadas de la avaricia irracional. Esta ecuación debe cambiar. Los responsables deben asumir las consecuencias. Ahora bien, hay que tener presente que por mucho que los gestores asuman las consecuencias, si la entidad es sistémica, la intervención pública y la co-responsabilidad social es inevitable. La gran cuestión que queda pendiente es la propuesta de evitar que se puedan crear entidades sistémicas. Esta es otra de las propuestas que suscita muchísimas polémicas. En todo caso, me resulta interesante el recordatorio que nos hace Shiller: "People respond to incentives, but the incentives embedded in government regulations often don’t have their desired effects." La incapacidad del Estado para establecer un marco de incentivos adecuados es sólo parcialmente cierta, como el mismo Shiller demuestra con su propuesta. Es una propuesta que deberá formalizarse en un instrumento público (Derecho público). La cuestión no es el medio, la cuestión es el diseño del incentivo. Si está correctamente diseñado (pensado) que se articule jurídicamente en una disposición de Derecho público resulta irrelevante. Una llamada a la modestia tanto a los juristas pero también a los economistas. El medio no hace el fin. Discutamos sobre los fines que el cómo se formaliza poco contribuirá en cuanto a lo positivo o a lo negativo.
Economic View - To Help Prevent Crises, Delay Some Executive Pay - NYTimes.com
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